Lugares que debes ver en tu visita a las Bardenas Reales de Navarra.
Prepárate para descubrir un mundo lleno de contrastes y paisajes de ensueño
Monumentos icónicos de las Bardenas
Las Bardenas Reales de Navarra son un auténtico tesoro natural que parece sacado de otro planeta. Este parque semidesértico esconde en su vasto paisaje lugares mágicos y formaciones rocosas que te dejarán sin aliento. Desde el icónico Castildetierra, que se erige como un monumento natural, hasta los imponentes Cabezos de El Rallón y la Raya, cada rincón de las Bardenas ofrece una experiencia única. Explora los cañones escondidos como el Rincón del Bú, donde las aves rapaces surcan los cielos, y déjate maravillar por la belleza salvaje de Pisquerra. Prepárate para descubrir un mundo lleno de contrastes y paisajes de ensueño.
PREPÁRATE PARA TU PRÓXIMA AVENTURA
CASTILDETIERRA
El cabezo denominado Castildetierra, situado en la Bardena Blanca, es una formación geológica única en Navarra. Es una de las formaciones rocosas más icónicas y fotografiadas de las Bardenas Reales de Navarra debido a su gran valor paisajístico y educativo. Sirve de modelo para explicar los procesos erosivos que han creado el paisaje de las Bardenas. Es una gran columna natural de rocas blandas de origen sedimentario cuya cima está formada por una roca de arenisca de mayor resistencia que protege esta columna de la erosión de la lluvia. La variedad de colores se debe a los diferentes minerales que la componen. Los agentes erosivos predominantes en las Bardenas Reales son la fuerza de las lluvias y el viento de la zona. Para evitar un mayor deterioro, se debe disfrutar respetuosamente de esta obra natural.
EL PASTOR BARDENERO
El Pastor Bardenero, obra de Antonio Loperena, es una figura emblemática en reconocimiento a los pastores locales que tradicionalmente han cuidado y manejado el ganado en este territorio semidesértico y árido. Estos pastores son conocedores expertos del terreno, la flora y la fauna de las Bardenas, y han desarrollado técnicas específicas para la gestión del ganado en un entorno natural tan exigente.
Históricamente, el papel del Pastor Bardenero ha sido crucial para la economía local y la conservación de las Bardenas Reales, ya que su conocimiento tradicional ha ayudado a mantener el equilibrio ambiental y cultural de la región. Además de cuidar del ganado, los pastores bardeneros también han contribuido a preservar las prácticas culturales y las tradiciones ancestrales relacionadas con la vida pastoral en este paisaje único.
SEGADOR BARDENERO
El Segador Bardenero es otra figura tradicional relacionada con las Bardenas Reales de Navarra. Hace homenaje a los trabajadores que históricamente se dedicaban a la siega y recolección de la hierba y el cereal en esta región semidesértica. Su labor era fundamental para aprovechar los recursos naturales disponibles en un entorno que, aunque árido, ofrecía condiciones favorables para el cultivo estacional de ciertos tipos de plantas.
El Segador Bardenero no solo se encargaba de la cosecha, sino que también contribuía al mantenimiento de los paisajes agrícolas y al sustento de las comunidades locales. Esta actividad ha sido parte integral de la historia económica y cultural de las Bardenas Reales, representando una conexión profunda entre el trabajo humano y el entorno natural característico de la zona.
EL BARRANCO DE LAS CORTINAS
Los barrancos son elementos característicos del paisaje de las Bardenas Reales los cuales sufren grandes procesos de erosión por las lluvias, por lo que podríamos decir que cuentan con vida propia: nacen (se crean por la erosión del agua), se reproducen (la erosión cada vez es mayor y el paisaje sufre mayor cambio) y mueren (la gran erosión vuelve a generar llanuras). Los sedimentos acaban en otro barranco o en el Rio Ebro.
En lo barrancos podrás ver gran cantidad de arbustos, los famosos tamariz, ya que son muy resistentes a las sequías y a suelos salinos.
EL CABEZO DE SANCHICORROTA
El Castillo de Sanchicorrota, con 425 metros de altitud, constituye una elegante cumbre que posee la tipología típica de los cabezos barreneros. En su cima se encuentran las ruinas del Castillo de Sanchicorrota.
Las ruinas son un muro de cerramiento de 65 centímetros de espesor, un pequeño edificio medieval de hormigón grueso y una cámara subterránea rectangular, formada por una cubierta de bóveda apuntada.
Se piensa que la función del castillo era la de proteger a los vecinos de la zona frente a los ataques enemigos.
La habitación subterránea de reducidas dimensiones seguramente fue un calabozo del olvido, donde se encerraba a los prisioneros y se les dejaba ahí sin comida hasta que morían.
Este cabezo tiene una gran historia a sus espaldas, la famosa leyenda de Sanchicorrota. En este cabezo, según la historia, es dónde el famoso bandido Sancho de Rota construye la cueva que usará como refugio. Es en este mismo cabezo dónde perderá la vida, hecho que le confiere a este montículo el nombre.
EL MIRADOR DE LA BARDENA BLANCA
El Mirador de la Bardena Blanca da la bienvenida al Parque Natural de las Bardenas Reales. Ofrece una excepcional panorámica de esta Reserva de la Biosfera. El llamativo paisaje de la Bardena es el resultado de los procesos de erosión del suelo el cual presenta distintas durezas debido a su composición. Principalmente se encuentran arenas calizas, areniscas y conglomerados, dando al terreno la peculiar combinación de colores. La Bardena Blanca se caracteriza por suelo más blandos, por lo que estos han permitido una rápida e intensa erosión.
EL CABEZO DE LAS CORTINILLAS
El Cabezo de las Cortinillas destaca por los colores por los que está conformado, con los que podemos identificar fácilmente las capas de estratos con los que está creado. El color rojizo nos indica la oxidación del hierro en los materiales depositados debido a las altas temperaturas del ambiente. Observando las laderas de este cabezo vamos a diferenciar claramente la zona de solana (principalmente está al sol) y la de umbría (principalmente está a la sombra):
- La ladera de solana presenta una erosión más agresiva, formando una gran pendiente, y no tiene vegetación.
- La ladera de umbría tiene una pendiente más suave debido a una erosión más suave, aunque intensa, y en ella podemos ver que aparece vegetación.
El Cabezo de las Cortinillas es el único cabezo en el que está autorizada la ascensión a la cima, que se encuentra a 370 metros sobre el nivel del mar. La subida es de apenas 65 metros.
La vista panorámica de 360 grados que verás en la cima del cabezo es excepcional y te va a permitir contemplar toda la serie de cabezos y llanuras que conforman la Bardena Blanca.
LOS BLANQUIZALES DE PISKERRA
Los blanquizales, en inglés conocidos como «badlands» (malas tierras), es un terreno con aspecto lunar por la reducida vegetación y los grandes surcos que ha provocado la erosión en los suelos.
El material que conforma el blanquizal hace que se trate de formaciones muy frágiles que han tardado millones de años en formarse. Evita subirte a ellos e incluso arrancar la vegetación que sostiene su estructura. Esto provocará que aumente la velocidad con la que la lluvia y el viento erosionan estas formaciones día tras día. Sigue la ruta marcada sin desviarte para no afectar a este hermoso paisaje.
EL CASTILLO DE PEÑAFLOR
A pesar del estado de ruina en que se encuentra el Castillo de Peñaflor, destaca por ser el único castillo medieval que no ha sido modificado desde su construcción en el siglo XIII.
El castillo fue construido por Sancho El Fuerte con el fin de reforzar la frontera navarro aragonesa y combatir las partidas de bandidos que asolaban estas tierras.
Esta fortaleza tenía un torreón principal que se conserva todavía y tres torres más pequeñas. Además, el recinto amurallado que coronaba el cerro, había una segunda segunda muralla donde se guardaba el ganado. Al sur de esta torre principal había un aljibe para almacenar el agua.
La misión principal de esta fortaleza, como las del resto de las Bardenas, era vigilar los alrededores y avisar de la presencia del enemigo generalmente mediante señales de humo.
El castillo se sitúa en la zona conocida como el Vedado de Eguaras, que ofrece unas vistas impresionantes. Estas tierras siempre han sido una finca particular que inicialmente perteneció a los Reyes de Navarra, que solían utilizarla como territorio de caza. Ya en 1.530, la finca es heredada por Juan de Eguaras, un noble de Tudela, cuyo apellido acaba dando nombre a este enclave.
EL CABEZO DE LOS TRES HERMANOS
El Cabezo de los Tres Hermanos es un claro ejemplo de como la erosión del relieve se produce a mayor velocidad en unos materiales que en otros. Este proceso ha hecho que en una misma zona queden tres elevaciones de terreno en forma de cabezos, mientras que todo el área circundante haya desaparecido el suelo por completo.
La cercanía entre los tres cabezos permite observar como la capa de estratos continúan perfectamente del uno al otro, pudiendo reconstruir con la imaginación una montaña de mayor tamaño, de la que únicamente quedan estas tres elevaciones que hoy se conocen como los Tres Hermanos.
EL MIRADOR DE JUAN OBISPO
El mirador de Juan Obispo nos permite disfrutar de los tipos de paisaje que caracteriza las Bardenas Reales. Por un lado podrás disfrutar de las vistas a El Rallón y al Cabezo del Piskerra, las cimas más altas. Por el otro, el paisaje agrario de secano de las Bardenas.
¡Tenga mucho cuidado y no se acerque a los bordes del mirador porque son inestables!